viernes, 16 de febrero de 2007

La liberalidad del pobre no es tal

De mí sé decir que después que soy caballero andante soy valiente [28], comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos [29]; y aunque ha tan poco que me vi encerrado en una jaula como loco, pienso, por el valor de mi brazo, favoreciéndome el cielo y no me siendo contraria la fortuna [30], en pocos días verme rey de algún reino, adonde pueda mostrar el agradecimiento y liberalidad que mi pecho encierra. Que, mía fe, señor, el pobre está inhabilitado de poder mostrar la virtud de liberalidad con ninguno, aunque en sumo grado la posea, y el agradecimiento que solo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras [31]. Por esto querría que la fortuna me ofreciese presto alguna ocasión donde me hiciese emperador, por mostrar mi pecho haciendo bien a mis amigos [32], especialmente a este pobre de Sancho Panza, mi escudero, que es el mejor hombre del mundo, y querría darle un condado que le tengo muchos días ha prometido, sino que temo que no ha de tener habilidad para gobernar su estado.

1 comentario:

Ana Romeo y compañía dijo...

D. Quijote mantiene que desde que se ha hecho caballero andante, es mejor persona: las cualidades que enumera son indiscutibles. Sin, embargo, para cumplir una de ellas: ser liberal (generoso), necesita ganancias. ¿Para qué y con quién quiere ser liberal? ¿Cómo ha evolucionado semánticamente este adjetivo?